ST BARTHS

En el Caribe repleto de tesoros, St-Barthélemy (o, como se le conoce localmente, St-Barth) es una joya multifacética. Esta exquisita isla combina la sofisticación francesa con un ondulante paisaje tropical de tramos aislados de arenas sedosas y bañadas por el sol, acantilados azotados por el viento, colinas verdes cubiertas de maleza, jardines floridos llenos de buganvillas, hibiscos y fragantes frangipanis, y bahías turquesas salpicadas de yates.

Pequeña pero bellamente formada, la isla mide solo 13 km cuadrados, sin dejar de tener mucho que hacer para los viajeros más exigentes.

Frecuentado por la élite mundial y lleno de impresionantes megayates, el vibrante puerto de la capital Gustavia resuma exclusividad y elegancia, a menudo conocido como el “Saint Tropez del Caribe”. Espere un ambiente animado, una variedad de boutiques de diseñadores y algunos bares de cócteles realmente elegantes, todo respaldado por el deslumbrante mar Caribe . A menudo apodada la capital gourmet de la zona, St Barths cuenta con una escena gastronómica verdaderamente impresionante y completamente ecléctica; desde sabrosos manjares locales, que muestran sus influencias criollas francesas únicas, hasta las innovadoras delicias gastronómicas que se sirven en el restaurante insignia de Eden Rock, en el que se ofrecen increíbles mariscos y postres ingeniosos. Sin rival en su belleza natural, St Barths es una de las islas volcánicas más antiguas de las Antillas Menores, descubierta por Cristóbal Colón en 1493. Una verdadera imagen del paraíso, la hermosa costa escarpada está rodeada de aguas maravillosamente cálidas y brillantes playas de arena blanca, muchas de las cuales sólo son accesibles a pie o en barco. Aunque las encantadoras calas, las inmaculadas playas y el bullicioso puerto se encuentran entre los mayores tesoros de St. Barths, también vale la pena explorar el exuberante interior verde de la isla y los monumentos históricos.