BRASIL

Islas tropicales, selvas exuberantes, ciudades maravillosas ,playas dignas de postal, rica y una variada cultura y gastronomía, hacen que Brasil sea uno de los lugares más cautivadores del mundo. Los encantos del país van desde ciudades coloniales detenidas en el tiempo hasta paisajes sobrenaturales formados por cañones rocosos de color rojo, cascadas atronadoras e islas tropicales flanqueadas por estructuras coralinas. A ello se suma una inmensa biodiversidad, que se manifiesta en los ecosistemas con la mayor colección de especies animales y vegetales de la Tierra. La despreocupación y las ganas de vivir de los brasileños suelen contagiar al viajero dondequiera que suene la música, ya sea al ver bailar a los cariocas, en un club de samba en Río o mientras se siguen los redobles de tambor por las calles de Salvador de Bahia, escuchan a los diestros DJ de São Paulo . La fiesta más famosa de Brasil, el Carnaval, revoluciona ciudades y pueblos con los movimientos de cadera de la samba y el frevo (estilo musical y de baile), los deslumbrantes disfraces y las juergas hasta el amanecer. Aun así, los brasileños no se limitan a esta celebración de pocas semanas, sino que organizan festivales durante todo el año. En Ouro Preto, las calles se cubren de una alfombra de flores para Semana Santa, mientras que, en el norte, la fiesta del bumba-meu-boi mezcla los folclores indígena, africano y portugués. Quien desee saborear la esencia del Viejo Mundo puede acudir a la Oktoberfest de Blumenau, la mayor que se organiza fuera de Alemania. Incluso hay varias ciudades que celebran el Carnaval en otras fechas del año, como Recife, Fortaleza y Natal. Brasil ofrece grandes aventuras para viajeros con presupuestos de todo tipo. Se puede montar a caballo y observar la naturaleza en el Pantanal, atravesar en kayak la selva inundada de la Amazonia, escalar acantilados rocosos para disfrutar de preciosas vistas, avistar ballenas frente a la costa, desafiar a las olas en playas rodeadas de palmeras y practicar buceo con tubo en las aguas cristalinas de los ríos y de los arrecifes de coral.Resulta complicado no enamorarse de Brasil por la música, las playas, la naturaleza y, sobre todo, la gente.